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martes, 13 de marzo de 2012

los 101º aniversario de Akira Yoshizawa

Akira Yoshizawa nació en Tochigi, 14 de marzo de 1911 fue un maestro del origami japonés. Sexto hijo de una familia de campesinos. El 14 de marzo del 2005 fallece en Tokio.
Yoshizawa se trasladó a Tokio a la edad de trece años. Durante la Segunda Guerra Mundial estuvo trabajando como aprendiz en una fundición. A partir de los años 40 decidió entregarse, de manera profesional, a la papiroflexia. En 1950, los trabajos de Yoshizawa comenzaron a mostrarse al público de Japón: había realizado 12 figuras de papel representando a cada uno de los animales del zodíaco oriental; estas fueron publicadas en la revista Asahi-Graph. En 1954, publicó su primer libro "Origami Art" (Origami Geijutsu) y fundó "The International Origami Society", que actualmente tiene más de 1.500 miembros. En 1955, realizó su primera exposición sobre sus trabajos en el Museo de la Ciudad de Ámsterdam, en Holanda. Esta exposición fue el puente entre Japón y Holanda, y fue la oportunidad de Yoshizawa de darse a conocer en Europa. En 1963, su libro "Tanoshii Origami" ganó el premio cultural "Mainichi Shuppan". En 1992, en la Expo celebrada en Sevilla, Yoshizawa realizó otra exposición e impartió algunos talleres sobre el origami.

viernes, 2 de marzo de 2012

Los móviles de Calder

Alexander Calder, revolucionario artista norteamericano conocido por inaugurar la disciplina de la escultura cinética, obras de arte dinámicas con partes móviles.
Alexander Calder es también el inventor del móvil o chupín, un juguete colgante que se suele colgar en las cunas de los niños recién nacidos para que, con el suave movimiento de sus formas, ayude a los pequeños a conciliar el sueño.
Las “Nubes de Calder” son otro de sus importantes logros, consiste en una serie de paneles de madera en forma de nubes que se encuentran instalados en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela. Estas nubes, además de decorar, ayudan a mejorar la acústica de la sala, considerada como una de las mejores del mundo.
Emplazado en los jardines de la UNESCO en Paris. Trabajando con alambres y hojas de metal diversamente coloreadas, dispuestas en perfecto equilibrio, Calder compuso unas formas que la brisa modificaba a cada momento, recreando mil formas nuevas. Estas esculturas animadas atrapan la atención de los transeúntes y dejan volar su imaginación.